Carta abierta a los Presidentes Felipe Calderón Hinojosa of Mexico, and Juan Manuel Santos Calderón of Colombia
Estimados Presidentes Felipe Calderón y Juan Manuel Santos:
Después de cien años de prohibicionismo global y cuarenta años de guerra contra las drogas, la demanda por las drogas ilícitas continúa extendiéndose por el mundo, motivada, en parte, por la propia globalización. La prohibición ha creado un extenso mercado ilegal que siembra violencia y corrupción por todo el planeta, desestabiliza regiones enteras del mundo entre las que destacan Latinoamérica, África oriental y Asia central. Sin un cambio de paradigma en la política actual, esta guerra destructiva y sin sentido continuará por otros cuarenta años.
Sus países han pagado un precio excesivamente caro por una guerra que no tiene visos de terminar. Varios de sus antecesores, así como otros jefes de estado latinoamericanos y europeos, se han vuelto abiertamente críticos a las políticas prohibicionistas y están haciendo el llamado en favor de una profunda reforma estructural.
Es tiempo de tomar decisiones valerosas. Por tanto, los urgimos a que convoquen a una convención global sobre sustancias psicoactivas, con el fin de crear el foro para la legalización global controlada sobre la producción y comercio de todas las sustancias psicoactivas a la cual puedan adherirse de manera voluntaria otros países. Sería una auténtica “coalición de voluntades” que se congregaría alrededor de su liderazgo, reagrupando a las naciones que están abiertas a aprender de las lecciones de este fracaso del prohibicionismo y determinadas a confrontar el tema de una manera realista y pragmática.
El objetivo principal de este foro debe ser el de remover la producción y el comercio de las drogas ilícitas del control del crimen organizado para regresarlo a la tutela de organizaciones legítimas, nacionales e internacionales. El objetivo secundario debe ser el de reducir el daño que se causa a lo largo de la cadena de mercado, desde los productores hasta el consumidor.
Presidente Calderón, con su valeroso intento por debilitar a los carteles de la droga, usted le ha impuesto una guerra a su país con la que ha cosechado destrucción, terror y caos. Su esfuerzo ha resultado en vano y sus victorias han sido pírricas. Es momento de aprender de los errores. En este momento, usted tiene la gran oportunidad de acabar con el baño de sangre, de redimir su mandato y dejar un legado histórico si se decide, con valentía, a tomar los pasos adecuados hacia la reforma estructural sobre la política de drogas en el panorama global.
Presidente Santos, usted bien sabe que nunca podrá erradicar el narco-tráfico en su país mediante medidas coercitivas y que éste siempre será una fuerza desestabilizadora. Reiteradamente, usted se ha mostrado abierto al tema de la legalización global controlada. Así mismo, ha reconocido la dificultad de tomar pasos unilaterales en la materia. Este es el momento de poner sus palabras en acción.
Tanto por el precio que sus respectivos países han tenido que pagar en esta guerra sin sentido y por su rol estratégico, ambos tienen la autoridad moral para realizar la convocatoria. Pueden liderar este frente latinoamericano a favor de la legalización controlada, y a la vez, hacer alianzas con países de otras regiones del mundo que han mostrado dispuestos a la innovación en el tema.
Ante el rápido incremento del narcotráfico en el mundo, la legalización global controlada es el única opción realista y pragmática para los países emergentes, ya que éstos no cuentan con los recursos para implementar una política prohibicionista al estilo de los Estados Unidos, por no mencionar lo torpe que sería intentarlo.
Las drogas psicoactivas han estado presentes desde el origen de la humanidad. Están aquí para quedarse. Lo queramos o no, siempre habrá un mercado para estas sustancias, sea éste legal o ilegal. Las sociedades organizadas pueden hacer un mucho mejor trabajo que el crimen organizado en controlar y administrar estas sustancias.
La legalización global, con sus diferentes frentes como legalización, impuestos, prevención, tratamiento y educación, no sólo es posible, sino que constituye la única solución a este, aparentemente insuperable, problema.
La legalización controlada de ninguna manera significa un endoso o una rendición, por el contrario, es aceptar con madurez la realidad en lugar de mantener la negación patológica de la misma, es tomar el control en lugar de dejarlo en manos de las mafias. Erradicaría de tajo el régimen actual de “socialización de costos y privatización de beneficios” a organizaciones criminales, pues las privaría de su principal fuente de ingresos; logrando así, un mundo más seguro para todos.
Estimados Presidentes Calderón y Santos, les imploramos: No se esperen a acabar su mandato para salir a hablar en contra de esta guerra perdida contra las drogas. El tiempo de actuar es ahora. Ambos tienen el poder para terminar con estas políticas destructivas y sin sentido. ¡Sean intrépidos y lideren el cambio! Las futuras generaciones les agradecerán su iniciativa visionaria.
Jeffrey Dhywood, investigador, autor de “World War-D: The case against prohibitionism. A roadmap to controlled re-legalization”. www.worldwar-d.com
Gustavo de Grieff, Fiscal General de Colombia (1992-1994), Embajador de Colombia en México (1995-1998)
Santiago Roel-Rodriguez, Consultor de prevención social de la delincuencia, pionero en la reforma de gobierno desde 1991. Autor y conferencista. www.prominix.com
Juez James P. Gray, autor de “Why Our Drug Laws Have Failed: A Judicial Indictment Of War On Drugs”, proponiente de la iniciativa “Regulate marijuana like Wine” en California por 2012 http://regulatemarijuanalikewine.com/
Diego Grooscors A , Director of Alianza Costarrinces sobre politica de drogas, Costa Rica